Correcaminos

Sobre la terracería, surcada por la erosión de la lluvia de anoche, las piedras parecen estar alineadas y, si te descuidas o estás observando los montes adyacentes, puede que agarres una y abraces a la Madre Tierra una vez más, como cuando eras niñx y las caídas no representaban más que un dolor cotidiano irrelevante.

Apareció de pronto, como cuando de repente tomas conciencia de que has estado toda la noche despierto por la energía que Cristo te infundió, y parece que vienes de un sueño pero no, solo estabas vagando en tu mente y quién sabe dónde te encontrabas. 

Era un ave pequeña, no tanto como un colibrí sino mas bien como una paloma delgada, corrió sobre el camino, traté de no quedarme muy atrás porque interpreté la aparición de este 'correcaminos' como una llamada a la acción, como el conejo que se aparece cuando tomas pulque y tienes que dejar tu jarro para perseguirlo y encontrar otro amor... más grande tal vez, menos duradero y/o mas intenso que el que nunca has experimentado en tu (corta) vida.

Después de cuarenta o cincuenta kilómetros y en una subida tan prolongada no pude mas que tratar de alcanzarla, se desvió en una cerca de piedra al costado del camino.

No la vi más, investigué y la imagen que el internet me devolvía con la palabra "correcaminos" era igual que el ave que emergió en el breve espacio-tiempo que compartimos. Los correcaminos viven en el norte de México, este pedazo que por suerte me da para existir es el centro. 

Tal vez fue una aparición, espíritu, criatura natural o sobrenatural. 

Salir y recorrer las montañas, cerros y cañadas es lo que alivia del peso de existir, siempre encontraré algo para aprender y estando atento es cuando puedo conectar con la vida, que es vieja y lleva inscrita toda la historia del tiempo. 

A.R.E. IkYaan