El día que será el día

Dedicado a Arlette, Kevin y su madre Silvia

Nunca el viento había acariciado tan rudamente su rostro ni el gélido beso de la mañana arrancándole un suspiro de dragón, como le gustaba considerar su exhalación en un día frío al centro-sur de México.

Ese estado de admiración, mezcla de inocencia y descubrimiento, aún estaba presente en su tierna edad aquella mañana helada de invierno en que su hermano salía a comprar, con los últimos diez pesos de la quincena que se escurrió como agua, un par de piezas de pan.
Afuera el sol deslumbraba y devolvía cierta calidez a su piel tostada, un gorro detenía el viento cortante y defendía sus orejas del asedio constante que la helada otorgaba al aire.

-          Buen día Don Rey
-          Buenos días niño ¿Qué te cobro?

La bolsa de plástico con tres piezas de pan susurrando por el roce acompasaba sus cortos pasos. Su pensamiento se desvió hacia la compañera del pupitre delantero al suyo en el salón de 2° de primaria, a la niña que le sonreía cuando hacían filas y tomaban distancia con el resto de niños.

El estómago le hizo sentir el cosquilleo, mezcla de emoción y temor, que acompañaba el recuerdo de la pequeña compañera que su abuela dejaba en la escuela… Su pensamiento voló al futuro.

“Cuando nos mudemos a Querétaro yo no le gritaré a mi mujer, será muy feliz cuidando a los chiquillos, el hogar y preparando algo de comer para cuando regrese a casa después de una jornada agotadora, de un día entero bajo el sol o lluvia, después de cargar cientos de bultos.”


Un vaso se estrelló en el suelo derramando el líquido que detendría el ayuno al tiempo que el hombre subía a los tres en una troca grande y lujosa de vidrios polarizados.
Los reclamos dirigidos a su madre a causa de los mensajes de texto en el celular se volvieron ensordecedores, violentos, rudos, desagradables, cargados de odio, sádicos… asesinos.


Un cuerpo grande de agua: la presa de Tepuxtepec
un par de mesa bancos y un hogar vacío infancia truncada, desierto deshabitado,
vida reducida a nada… dolor en América latina, Afroamérica, Indoamérica
que acompaña la larga noche de los 500 años.  

¡No más dolor!  

La noche será el día que será el día.


La dura realidad que miles de mexicanos sufren a diario. Los políticos han demostrado que no sirven. Ellos roban, desaparecen, asesinan, venden la patria, el agua, la tierra.     

NO CREAS NADA DE LO QUE TE DICEN.

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