Quetzal

Un ave de tórridos colores
surca el tiempo moderno
recuerdos, encapsulados en olores
dan forma a tu aureola
        al seno de tu ser.

Observa el agua bajar
con la vida enredada detrás
mira la felicidad cruzar tu camino,
a galope
disfrazada de cotidianidad.

La selva tropical
atravesada por el quetzal detiene la luz
que debía brillar sobre el ave
pero como una cruz debe soportar la injusticia racial
privilegiada: solo una clase social
servicios al proletario
de la peor calidad.

Un río bermellón corre por la calle
el fluido sagrado mancha la plaza
y cada sendero, montaña y prado
se vende al extranjero a través del senado.

...
La niebla queda atrás
...

Con un corazón dispuesto a mirar
escuchar e imaginar
es fácil tener un templo
anclado a un quetzal
escondido dentro de tu mirar.

La distancia y el dolor
resbalaron por tu plumaje
rojo, amarillo, jade.

Entonces miraste el paisaje a color
el meneo y alegría de tu perro
antes que el dolor encarnado en la tierra,
en las raíces del grano sagrado:
Nuestro esqueleto moldeado por el Dios Ígneo
del Méxhico antiguo.

Ama cada lado del polígono
que das vuelta a diario
y que va forjando
tu espíritu; tu ser... el fruto de tus pasos.

Ik'Otik
A.R.E.